Jueves, 11 Diciembre, 2014 - 10:50

La lengua como patrimonio cultural

El ser humano determina con la palabra y sentencia con la escritura. A partir de ciertos parámetros científicos se ha verificado que somos lenguaje. Nuestra relación con el mundo y con los otros está condicionada por el lenguaje, que es la aptitud natural de los seres humanos. Es emocionante escuchar la primera palabra de un niño, o el estado de ánimo que provocamos al decir una palabra amable, o por el contrario desagradable. Al crecer, ese poder demiúrgico de las palabras se fortalece con la escritura. La escritura tiene su origen en el comercio y son los sumerios los que idearían un sistema para inventariar las cosechas, son conocidas con el nombre de Tablillas sumerias. El ser humano es un ser social, la comunicación es un hecho inherente a él. 

Las palabras no están vacías de contenido, nos evocan imágenes y un valor que es diferente en cada cultura, y es más; en cada persona de una misma cultura. Cuando existe un grupo de personas que ponen un mismo valor a las palabras se forma un grupo en el que se genera una misma comunidad de intereses. Esa comunidad de intereses es lo que conocemos como cultura o sociedad. Por otro lado, el lenguaje es la base tecnológica de toda cultura y transmitimos la cultura a través del lenguaje.

 Con la palabra se han construido imperios y destruido civilizaciones. Se han fortalecido y empobrecido relaciones territoriales. Las invasiones culturales se realizan por medio del lenguaje. Con la lengua articulamos la guerra, la paz, la legislación, el comercio, etc. La educación cultural es también la educación en el lenguaje. La base de una empresa tecnológica es el lenguaje, por consiguiente, ¿Cómo ponemos en último lugar la manera en la que nos expresamos? El lenguaje es un pilar fundamental sobre el que debe reposar todo lo demás. Ignacio Bosque señala que la lingüística se encuentra en el punto medio de disciplinas distintas entre las humanidades y las tecnologías. Cualquier transacción económica o tecnológica es imposible sin la lengua. Por ello, nuestra finalidad debe ser cuidar la palabra, la escritura y la manera en la que ambas bailan juntas. De ello, créanme, dependerá el éxito de su empresa. 

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Soy Ángeles Moreno del Pino, correctora de estilo y ortografía técnica. En Palabrarte ayudo a empresas y particulares a corregir y mejorar textos, e imparto talleres sobre comunicación.

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